Aloe Vera y sus múltiples beneficios

Actividad sobre órganos y sistemas internos del cuerpo

Respecto a su actividad sobre la mucosa gastroduodenal, destaca el efecto protector ante lesiones de la mucosa gástrica, su actividad antiulcerosa y de inhibición del crecimiento de helicobacter pylori. El acemanano presente en el aloe vera podría ser útil en enfermedades inflamatorias intestinales como la de Crohn o la Colitis ulcerosa.

En el sistema endocrino, resalta la actividad hipoglucemiante e hipolipemiante. El aloe vera administrado por vía oral es capaz de reducir los niveles de glucosa en sangre. Puede tener también cierta actividad sobre los niveles sanguíneos de colesterol y triglicéridos, aunque el mecanismo de acción no ha sido dilucidado.

El aloe vera, activo en situaciones de inmunosupresión, es también efectivo en la prevención de estos estados inducidos por radiación ultravioleta y en la prevención de infecciones víricas respiratorias (gripe, resfriado, laringitis) por inducir la formación de anticuerpos.

También tiene actividad antiinflamatoria, inhibe la síntesis de prostaglandinas y reduce la migración e infiltración de leucocitos, la liberación de histamina y la síntesis y secreción de leucotrienos. La actividad antiinflamatoria del gel de aloe vera se sinergiza con el resto de propiedades (cicatrizante e inmunoestimulante) para facilitar la curación de heridas o frente a procesos artríticos.

El aloe vera presenta propiedades  anticancerígenas   y antitumorales,   especialmente en los sarcomas blandos. El acemanano es capaz de reducir el crecimiento del tumor o producir regresión del mismo.

El gel de aloe aumenta el correcto entrelazado de las fibras de colágeno sobre la zona lesionada debido a la regeneración celular y tisular promovida por sus componentes y el efecto antiinflamatorio y antimicrobiano de los mismos.

En uso interno y externo, el aloe vera está indicado:

  • Afecciones dermatológicas e infecciones exantemáticas (sarampión, varicela, rubeola, herpes)
  • Afecciones de la mucosa gástrica e intestinal (gastritis, hiperacidez, úlcera gastroduodenal.
  • Infecciones gastrointestinales y enfermedades inflamatorias intestinales como crohn, colitis ulcerosa y colon irritable y de la mucosa bucal (aftas, gingivitis, periodontitis, candidiasis bucal y esofágica)
  • Estados de inmunosupresión
  • Procesos inflamatorios y autoinmunes tipo artritis
  • Procesos tumorales
  • Prevención de estados de inmunosupresión y procesos infecciosos
  • Hiperglucemias e hiperlipidemias
  • Prevención de infecciones en las vías respiratorias